lunes, 9 de octubre de 2017

SOÑAR DESPIERTO

Foto: Líbero

Desde que tengo uso de razón, siempre he seguido a mi selección de fútbol, pero los primeros recuerdos de fútbol que vienen a mi memoria no tienen que ver con mi selección nacional, corresponden al mundial Italia 90, los golazos de Lothar Matthaus, Jurgen Klinsman, la aparición del divino Roberto Baggio, el olfato goleador del 'Toto' Schillaci, otras figuritas de ensueño como Gullit, Van Basten y Thomas Brolin, ni que decir de Careca y Muller en la verdeamarella, cuando escogíamos en el barrio para la pichanga todos querían ser 'San Goico', nos turnábamos tratando de imitar las voladas del argentino.
Cierro mis ojos y los flashback corresponden a René Higuita saliendo de su portería, llevando a medio equipo de Camerún, pero finalmente celebrando a Roger Milla y Makanaky danzando frente al banderín del córner, el amor por el fútbol fue calando en mi ser, entiendo que muchos de mis contemporáneos lo pueden entender.
Fui feliz con el pase de pierna izquierda en cámara lenta de 'El  Pibe' Valderrama hacía Freddy Rincón y este definiendo entre las piernas de Bodo Illgner sellando el pase a octavos, todo Sudamérica gritó aquel gol agónico, tanto como la mano del 'muelón' Suárez y posterior penal fallido de Ghana en Sudáfrica 2010.
Siempre despertando en nuestra realidad, comencé a convivir y aterrizar con cada derrota de nuestro alicaído conjunto nacional, por aquellos años, todo equipo visitante que llegaba a Lima se iba con la bolsa llena, para Italia 90, Perú quedó con cero puntos en el grupo compartido con Ururuay (1) con 6 pts y diferencia de +6 y Bolivia (2) con 6 pts y una diferencia de +2.
Para el Mundial de USA 94, rescató solo un punto en Lima ante los guaraníes en un grupo compartido con Colombia (1) con 11pts, Argentina (2) con 7 pts y Paraguay (3) con 6 pts.
Eran días muy amargos, hasta que para las clasificatorias rumbo a Francia 98, comenzamos a creer con un equipo que empezó a hacerse respetar en casa, solo quedamos fuera por diferencia de goles, por cosas del destino, mucho disfrutamos ganar a Uruguay, Paraguay, Venezuela, Chile en Lima y triunfar en Caracas y Barranquilla.
Después de 20 años, estamos cerca otra vez, podemos decir que dependemos de nosotros mismos, no será fácil arrebatar el triunfo a los cafeteros, tienen excelentes jugadores, de clase "A", ellos son los favoritos, hicieron un excelente mundial en Brasil 2014, pero nuestro sueño esta sustentado a base de argumentos futbolísticos, tenemos equipo, tenemos una idea de juego y sobre todo tenemos una extraña suerte que nos esta acompañando en estas fechas, quedan 90 minutos que nos separan para que muchas generaciones de jóvenes prueben el sabor del triunfo, los más de 30 millones de peruanos no podrán dormir quizás hoy, yo tengo una extraña sensación, espero que sea la sensación que sintieron los ganadores en la previa, espero que esa sensación lo hayan sentido los egipcios, los ticos y los islandeses antes de confirmar su pase a Rusia 2018.
Las estadísticas dicen que a Colombia no le ganamos desde 1981, la misma duda rondaba por nuestra cabeza antes de enfrentar a Brasil en la Copa América Centenario, Perú rompió ese maleficio de más de 40 años de sequía, ni que decir del maleficio en Asunción y Quito, estadísticas destruidas por este puño de peruanos que quieren escribir su nombre ante el reto más grande de sus vidas.
Este 2018 quiero volver a disfrutar de la magia del mundial, quiero dejar de hinchar por Neymar, CR7, o Iniesta, esta vez quiero gritar los goles de Flores, Cueva y Guerrero, pero gritar los goles en un mundial, donde nunca he visto jugar a mi PERÚ.

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